Muchos personajes de televisión y radio -periodistas y tertulianos- se afanan en hablar de presuntos robos, presuntos blanqueos o presuntas puñaladas. Sin embargo robo, blanqueo o puñalada no son sujetos jurídicos a los que otorgar el derecho recogido en el artículo 24 de la Constitución española, la presunción de inocencia. No puede existir un presunto robo, el robo existe o no existe. Presuntamente lo habrá cometido (el delito) cualquier fulano al que se acuse, pero el robo existe o no existe.
Este vicio incomprensible aparece, sobre todo, a la hora de improvisar o adelantar noticias de última hora. El locutor suelta el lastre de la responsabilidad sobre la información al hablar de presunta violación, presunta fuga o presunta
puñalada. También está de moda el impersonal ‘se’, para informar a la audiencia de que detalles relevantes del hecho no están claros. Ej. Se desconocen las causas del incendio. ¿Causas que se desconocen? ¿Quién las desconoce? ¿El medio? ¿El periodista? ¿El resto de la humanidad?...
Este vicio incomprensible aparece, sobre todo, a la hora de improvisar o adelantar noticias de última hora. El locutor suelta el lastre de la responsabilidad sobre la información al hablar de presunta violación, presunta fuga o presunta
puñalada. También está de moda el impersonal ‘se’, para informar a la audiencia de que detalles relevantes del hecho no están claros. Ej. Se desconocen las causas del incendio. ¿Causas que se desconocen? ¿Quién las desconoce? ¿El medio? ¿El periodista? ¿El resto de la humanidad?...
Algunos principios del periodismo se derrumban con el uso de estas expresiones. La claridad y la veracidad son incompatibles, a mi juicio, con el uso dudoso de la presunción y con el empleo de impersonales para intentar disimular insuficiencias informativas.