La enseñanza, una profesión de riesgo
Ser profesor no es fácil. El sindicato de enseñanza ANPE publica que el 20 por ciento de los profesores españoles sufren el síndrome del ‘profesor quemado’. El porcentaje me parece pequeño para los problemas que algunos tienen que soportar. En el Instituto Jiménez de la Espada de Cartagena, recuerdo que un compañero fue expulsado dos días por amenazar a la profesora de literatura con quemarle la cara. Casos como este eran recogidos en un suplemento de elmundo.es, pero seguro que podrían llenarse muchas más páginas. Ahora las cosas están aún peor. Los profesores de educación secundaria han sido despojados de toda autoridad y tienen que soportar humillaciones de todo tipo. Querer ser profesor es similar a querer ser arbitro de tercera división. A los insultos de los chavales sabes que tendrás que aguantar las recriminaciones de unos padres que se ofenden cuando le sacan tarjeta roja a su hijo. El estudio Cisneros IX revela además que el 39 por ciento padece cuadros de estrés grave. Uno de cada diez se plantea dejar la enseñanza, otros -como el que escribe- elegimos otra profesión para no sufrir la lucha que supone dar clase a energúmenos maleducados, hijos de papá y de mamá a los que a penas puedes alzar la voz para que escuchen los pocos que respetan a quien les quiere enseñar.
Ser profesor no es fácil. El sindicato de enseñanza ANPE publica que el 20 por ciento de los profesores españoles sufren el síndrome del ‘profesor quemado’. El porcentaje me parece pequeño para los problemas que algunos tienen que soportar. En el Instituto Jiménez de la Espada de Cartagena, recuerdo que un compañero fue expulsado dos días por amenazar a la profesora de literatura con quemarle la cara. Casos como este eran recogidos en un suplemento de elmundo.es, pero seguro que podrían llenarse muchas más páginas. Ahora las cosas están aún peor. Los profesores de educación secundaria han sido despojados de toda autoridad y tienen que soportar humillaciones de todo tipo. Querer ser profesor es similar a querer ser arbitro de tercera división. A los insultos de los chavales sabes que tendrás que aguantar las recriminaciones de unos padres que se ofenden cuando le sacan tarjeta roja a su hijo. El estudio Cisneros IX revela además que el 39 por ciento padece cuadros de estrés grave. Uno de cada diez se plantea dejar la enseñanza, otros -como el que escribe- elegimos otra profesión para no sufrir la lucha que supone dar clase a energúmenos maleducados, hijos de papá y de mamá a los que a penas puedes alzar la voz para que escuchen los pocos que respetan a quien les quiere enseñar.
1 comentario:
Cierto es que los alumnos son más violentos que antes,y el problema radica en que ya no hay autoridad,no se respeta a padres,a profesores..a las jerarquias en sentido amplio.¿quién es el responsable?En mi opinión la deficiencia nace en los hogares,los padres no orientan,abandonan educativamente e incluso llegan a justificar los maltratos q realizan sus hijos,desacreditando aún mas al profesor.Si a esto le sumamos la pérdida social de valores encontramos la respuesta a estos actos violentos.Mientras no se recupere la capacidad sancionadora,mientras profesores y alumnos no participen juntos d lo más primordial (educar y ser educado)y las familias y los centros educativos no recuperen la sintonía,el caldo de cultivo de la indisciplina seguirá dando frutos.
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