miércoles, octubre 22, 2008

Teatro, corrupción y locura a Contraluz

Sara Rosenberg vuelve al panorama literario con una novela ágil, entretenida y llena de interrogantes, publicada por Siruela. A penas se pueden advertir las siluetas de unos personajes desdibujados al comienzo de la novela, que – poco a poco – van tomando forma a través de sus miserias.

Griselda, actriz alcohólica, no acepta la mediocridad de una vida estable. Interpreta cada uno de sus papeles como si se tratara de la misma vida y vive presa de sus miedos, que apaga regularmente mediante la ingesta masiva de alcohol. “De saber que a cierta altura de la vida, cualquier vínculo es inútil. Y que la ilusión y el deseo son enfermedades del alma, las peores, las más dañinas”. La dicotomía, la lucha que libra cada día con su marido, Jerónimo, la mantiene viva, alerta. La muerte de éste rompe en pedazos su realidad, que se ve superada por la tragedia. Es en este punto donde el relato toma impulso, interés y las preguntas, las dudas del lector le obligan a seguir un capítulo más. Tras los perfiles que se advierten en ‘Contraluz’ se esconden personajes ruines. Crimen, locura, traición, entre dos naciones enfermas de corrupción: Argentina y España.

Estilo
Se trata de una novela jalonada en pequeños capítulos que van oxigenando la lectura y la facilitan. Eso sí, en ocasiones esto puede ocasionar la pérdida de fuerza narrativa en algunos tramos del libro. En mi opinión la obra alcanza buenas dosis de calidad y delicadeza narrativa en el momento en que describe el mundo onírico-etílico en el que Griselda se sumerge a menudo. Un libro muy recomendable, lleno de contrastes e ironía, como los que vive Griselda en un pasaje de la obra en el que extraña Argentina: “Sí, somos ricos, una fortuna n fantasmas, y una cultura necrófila envidiable. Momias y generales, próceres sanguinarios[...] y por la mañana Buenos Aires está llena de cristales empañados por el aliento de la catástrofe inminente. Parece nueva, pero es la misma, y todo el circo baila alrededor del domador más terco – dijo, y se puso de pie.”

lunes, octubre 20, 2008

'El planeta americano'
Vicente Verdú

El virus norteamericano se extiende con celeridad ante la 'boba' mirada de Europa

Vicente Verdú nos enseña en 'El planeta americano' las peculiaridades de una cultura que devora todo lo que encuentra a su paso. Desde el 'privilegio divino' de América "las ocupaciones de territorios extranjeros, desde Filipinas a Haití, pasando por Vietnam, han sido presentados a la sociedad norteamericana como cruzadas de salvación democrática que requieren sacrificios humanos", hasta el establecimiento de la cultura del miedo pasando, cómo no, por el amor al dinero y el desprecio al pobre.
Uno de los perfiles mejor dibujados por Verdú respecto al mundo americano es la concepción del pobre como alguien que no ha hecho lo suficiente para triunfar y por tanto hay que abandonarlo ya que no es útil para la producción. Así lo presenta el autor "la idea de que el pobre es pobre porque es perezoso o incompetente está instalada entre muchos norteamericanos, republicanos o no".
Para Verdú, este sistema voraz de producción y las desigualdades que genera, provoca altos índices de delincuencia, no en vano es ocho veces más probable ser atracado en Nueva York que en Barcelona.

Este ensayo, premio Anagrama, está escrito al estilo más puro de Vicente Verdú. Claro, sencillo, fácil de leer y alejado de barroquismos. Muy útil parta quienes deseen conocer a fondo las peculiaridades de la sociedad norteamericana. Las razones de su culto al dinero, su amor a Dios, el miedo, la repulsión a lo intelectual o poco práctico, el gusto por lo obsceno, el cibercapitalismo... Todo ello bien discriminado en 15 capítulos de unas 15 páginas aproximadamente cada uno.

Colaborador asiduo de El País, recomiendo de su extensa producción ensayística además de 'El planeta americano', 'El Estilo del Mundo', del que hablaremos pronto.