sábado, julio 02, 2011

Viajes, virtudes y defectos


Previsor, atento, cuidadoso...son cualidades que me gustaría llevar en el zurrón de la vida y que ando buscando a todas horas. Pero no son mi especialidad. Antes de venir a El Cairo me dije: ¿Qué necesitas para trabajar, para comunicarte con los tuyos, para recibir instrucciones de tus jefes y para actualizar el blog después de dos años?, obviamente, un PC. Por eso en un alarde de querer demostrar mi afán previsor opté por llevarlo cerca de mi. En el equipaje de mano. "Si me pierden la ropa estos despistados del aeropuerto al menos tendré mi herramienta de trabajo"- pensé.

Mis previsiones se cumplieron. Perdí el ordenador, pero no por los "despistados del aeropuerto", sino por el despistado que escribe. Al pasar el control de pasaporte y equipaje de mano coloqué sendas bandejas, una encima de otra, la de abajo con el PC y la de arriba con el reloj, el teléfono móvil y demás abalorios. Tras pasar el control allí se quedó el PC, bajo una bandeja vacía y a expensas de que cualquiera se hiciera con él.

- Hola, objetos perdidos.

- Sí, le paso con la Terminal 1.

En ese intervalo de tiempo, a penas unos pocos segundos, comprendo que hasta ahora el mayor peligro para mi persona y en Egipto soy yo mismo. Los defectos y las virtudes van con uno, grabados a fuego, y no se quedan por el camino por muy lejos que nos vayamos. Es más, si pueden y no tenemos cuidado afloran o descubrimos otros nuevos.

- ¿Su ordenador tiene varias pegatinas con la bandera de Egipto?

¿Un alivio o una pena? Saber que no eres el único despistado del planeta. Aunque quizá la responsable esté poniendo a prueba mi honradez.

- Ah, efectivamente tenemos dos.
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Once días después y tras escribir varias crónicas con el teléfono móvil recibo el PC con el que hoy (con bastante retraso) escribo este post. Para que nunca olvide quién soy, para que recuerde que los defectos y las virtudes viajan con uno. Y que la suerte -de tener quien se moleste en ir a recoger tu ordenador, invierta cuatro horas en una tarea tediosa y molesta para hacerlo llegar a unos desconocidos en Barcelona que me lo han traído hasta aquí sin ningún problema-, no tiene precio. Gracias Carmen, gracias Laura gracias desconocidos. Ah, y gracias T 1 de Barajas.