Como ya comentaba en ‘El propósito’, las metas constituyen la gasolina que el alma necesita para transportarnos y hacernos caminar lejos de la melancolía. Estas últimas semanas han sido duras. Kilómetros y kilómetros, nervios, y sobre todo noches en las que el sueño profundo y relajado era un lujo imposible. Al final todo ha merecido la pena. Ya he terminado la licenciatura y pronto empezaré las clases del master de RNE en Madrid. Ahora que unos propósitos se cumplen llevo unos días algo extraño, vacío. Tengo que reconfigurar los propósitos y empezar otra vida en una nueva ciudad en la que únicamente conozco a algunos amigos de La Manga. Será una buena experiencia. Los que nos libramos del servicio militar necesitamos de experiencias como la que ahora me toca vivir para despabilar. Ya extraño el olor del mar, y sobre todo ya te extraño a ti.
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3 comentarios:
No sabes cuanto me alegro de que tu esfuerzo haya dado sus frutos,una nueva etapa te espera y estoy segura de que será muy positiva,se pronto encontrarás tu lugar en esta nueva ciudad.Cuidate mucho y ten informados a todos tus lectores y amigos,un abrazo Carlos.
Que tengas mucha suerte compañero
Gracias Quique y gracias "anonima", se quien eres, siempre andas cerca aunque estés lejos. Un abrazo!!
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